Asdrúbal Oliveros, economista y director de Ecoanalítica, alertó sobre un panorama incierto para la economía venezolana, sugiriendo que el crecimiento proyectado podría ser restringido y dejar fuera a gran parte de la población.
En una conversación con el portal Gerentesis, Oliveros señaló que, aunque la economía ha tocado fondo después de una severa crisis que la redujo a un 25% de su tamaño anterior, no hay indicios de que se enfrente a una recesión aguda o un regreso a la hiperinflación. Sin embargo, advirtió que el futuro depende de los resultados de las elecciones programadas para el 28 de julio.
«Esta economía necesita crecer de manera sostenida a altas tasas porque está en un punto muy bajo, y eso no es posible si se repite el escenario de la elección de 2018», enfatizó el economista.
Señaló que si la elección no es reconocida por organismos internacionales o naciones extranjeras y las sanciones persisten, será difícil atraer inversiones al sector petrolero o negociar con entidades multilaterales para reestructurar la deuda externa. “En esas condiciones, la economía seguirá con un crecimiento limitado que excluye a la mayoría”, añadió.
Oliveros planteó que si, tras las elecciones, se forma un gobierno legítimo que logre negociar con organismos multilaterales y conseguir inversiones significativas en el sector petrolero, el contexto podría mejorar.
Según su análisis, un gobierno de oposición podría ser más receptivo a condiciones de mercado, mientras que un gobierno bajo el mando de Maduro, aunque reconocido, podría avanzar más lentamente. “Pero en ambos casos, el panorama sería completamente diferente al del no reconocimiento”, explicó.
El riesgo de un estancamiento económico en Venezuela
El economista subrayó que, sin un crecimiento sostenible, Venezuela podría enfrentar un estancamiento económico durante años. Comparó la situación con la de algunos países africanos, donde una pequeña élite goza de privilegios mientras la mayoría de la población vive con sueldos bajos y servicios públicos deficientes.
Por otro lado, Ecoanalítica ha registrado un crecimiento enfocado en sectores como alimentos y salud, particularmente en la producción de medicamentos, así como en servicios profesionales, comercio y medios de pago, desde el final de la pandemia en 2021 hasta 2024.
Sin embargo, Oliveros advirtió que este crecimiento se relaciona más con el comercio y los servicios que con la producción y manufactura de bienes, lo que limita la creación de valor agregado y empleo.
Un factor que también podría estar frenando el desarrollo económico es la concentración del consumo en la región central del país. En Caracas, se realizaron el 41.7% de las transacciones, y al incluir Valencia y Maracay, esta cifra se eleva al 57.1%.
El análisis de Ecoanalítica también revela grandes disparidades en la actividad económica entre regiones, con zonas como Lara-Portuguesa, Barinas-Apure, Táchira y Anzoátegui mostrando mayor dinamismo gracias a sus sectores productivos específicos.
“Es por esto que empresas que tradicionalmente han operado en el interior del país comienzan a tener presencia en Caracas”, comentó Oliveros.
Finalmente, hizo hincapié en que para mantener la estabilidad cambiaria actual, el gobierno ha tenido que reducir drásticamente el gasto público y el crédito; una estrategia que podría volverse insostenible a largo plazo si no se implementan cambios estructurales que fomenten una mayor dolarización financiera y una oferta de divisas más sólida.